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Economía real / Mercado inmobiliario
Menos escrituras, más alquileres
Por el freno en la compraventa a raíz de los controles al dólar, crece la oferta de inmuebles para locación
Por Luján Scarpinelli | LA NACION
El temblor causado por los controles al dólar derrumbó operaciones en el mercado inmobiliario; cinco meses de retroceso en la compraventa dispararon las alarmas de evacuación. Ahora, las réplicas empiezan a mover el piso de los alquileres.
La menor posibilidad de conseguir compradores para inmuebles ofrecidos en dólares hizo que algunos inversores decidieran postergar la venta y destinar sus propiedades al alquiler. Esa mayor oferta podría quitar presión al precio de los alquileres. Sin embargo, parece improbable su descenso en un contexto inflacionario y de alta demanda por la crisis habitacional derivada de la escasez de crédito hipotecario. Según la opinión de expertos, la consecuencia, en todo caso, daría lugar a una desaceleración de las subas en algunos barrios.
El Colegio de Escribanos porteño registró una baja del 25,2% interanual en abril, cuando se firmaron 3554 escrituras. En los meses siguientes, el freno se profundizó y algunos propietarios, reacios a la pesificación que promueve el Gobierno, optaron por cambiar de estrategia y percibir una renta, a bajar el precio o afrontar los costos de la vacancia.
“En el corto plazo se va a ver una mayor oferta, pero la imposibilidad de compra actual y el hecho de que no haya un modo de hacerse de una vivienda, también elevan la demanda”, analiza José Rozados, director de la consultora Reporte Inmobiliario. A su entender, los precios de los alquileres “seguirán ajustándose por inflación, entre 20 y 22%, como viene sucediendo”, aunque abre una incógnita hacia adelante sobre el último anuncio oficial.
Las diferencias ahora podrían darse en barrios donde hubo más inversiones (Palermo, Villa Urquiza y Caballito, por caso), y en departamentos de uno y dos ambientes, que fueron los más construidos. Allí, “es probable que suba menos el alquiler, pero el inquilino tendrá mayores costos de servicios que llegarán a las expensas”, explica Rozados. El locatario no percibiría el efecto de la mayor oferta. En cambio, “el propietario tendría una menor renta”, dice el especialista que considera bajo el beneficio “del 3% anual, asimilable a un bono de deuda norteamericano”.
Soledad Pérez Duhalde, economista de Abeceb.com, ve un compás de espera por parte de los propietarios que bajaron los carteles de venta, producto de la incertidumbre. “Si bien no creo que veamos un efecto inmediato, habrá más oferta. Es difícil que eso genere una tendencia a la baja en los alquileres. Pero podrían no subir tanto”, dice Pérez Duhalde, a tono con los dichos de Rozados.
Daniel Salaya, presidente de Salaya Romera, dice que “los vendedores que perciben que las propiedades están baratas, esperan un mejor contexto, preservan el valor y se vuelcan al alquiler”. A su juicio, una demanda fuerte en todos los niveles absorberá esas unidades, como consecuencia del déficit habitacional. Como sus colegas, Salaya descarta que los alquileres vayan en descenso. “Hasta que no haya crédito, seguirán el ritmo de la inflación”, concluye el hombre que celebra cómo el otrora “patito feo” de los negocios inmobiliarios cubre por estos días el déficit de ventas.
El envión a los alquileres también se verá en la extensión de los contratos, según Miguel Altgelt, presidente de Altgelt Negocios Inmobiliarios. “El que vendía para mudarse y el inquilino hacen la plancha. Por eso hay más renovaciones. Aunque se incorporarán unidades a estrenar, la oferta está lejos de saturarse y los alquileres seguirán a los precios.”
La venta tiene un mínimo de dos años en los contratos. Por eso, aún hay quienes prefieren esperar. “No vemos un cambio masivo -dice Diego Migliorisi, gerente de la firma que lleva su apellido-. Pese a la incertidumbre, hay esperanza de una solución.” La expectativa está en el último trimestre. Y la esperanza es lo último que se pierde….