TAILANDIA: Colapso inmobiliario trae ruina y esperanza 29/10/2014

Por Prangtip Daorueng


BANGKOK, 19 sep 1998 (IPS)
– Manoch Sonpaiboon, un programador de computadoras de 35 años de Tailandia, creía hasta el año pasado que tenía el futuro bien planeado.

Compró una casa en un suburbio de Bangkok y un condominio en el centro, donde se iba a construir una estación de un tren elevado, lo cual aumentaría el valor de las propiedades.

Pero la construcción se paralizó en toda la capital tailandesa, dejando 284 edificios sin terminar y una cantidad sin precedentes de espacio en obras e inutilizado.

De los 28.000 condominios en el céntrico distrito de negocios de Bangkok, sólo la mitad están ocupados. El mercado inmobiliario tailandés es el más afectado del sudeste asiático, con demasiado espacio disponible y pocos interesados en echarle mano.

El colapso de este sector arruinó las vidas de muchos profesionales jóvenes que, como Manoch, invirtieron sus ahorros en bienes raíces, esperando un buen retorno y seguridad económica.

Los precios de los bienes raíces cayeron desde la crisis inmobiliaria del año pasado, que llevó al derrumbe económico de Tailandia, país donde comenzó la crisis financiera asiática. La demanda de estos bienes se redujo debido a los despidos y los cortes en los pagos por parte de los otrora ávidos inversores.

Mala administración y predicciones equivocadas acabaron con las grandes empresas inmobiliarias, gravemente endeudadas. La demanda artificial del mercado llevó a una sobreoferta de viviendas y otras construcciones en los últimos siete años.

“Muchos proyectos de construcción en Bangkok se suspendieron a mitad de camino desde julio del año pasado. Sus dueños dijeron que no hay dinero para continuar”, indicó un funcionario responsable de la inspección de obras en la ciudad.

“Para el momento en que estén en condiciones de reiniciar esas obras los costos se habrán incrementado notablemente”, pronosticó.

Los propietarios de muchos condominios que no encuentran inquilinos ya no pagan los costos de mantenimiento, por lo que muchos edificios no pueden siquiera hacer funcionar sus ascensores.

Observadores de la industria no saben cuánto tiempo seguirá la crisis del sector, considerando que le tomará años a la economía recuperar un ritmo de crecimiento saludables.

Se espera que el producto interno bruto de Tailandia disminuya entre cuatro y seis por ciento este año.

En Bangkok hay aproximadamente 320.000 residencias vacantes y un millón de metros cuadrados de espacio para oficinas desocupados, estiman las compañías de promoción Jones Lang Wootton Co. y Richard Ellis.

Otros 11,5 millones de metros cuadrados de espacio para oficinas entrarán en el mercado este año, a los que se sumarán más de 100.000 metros cuadrados que serán desocupados por firmas financieras que cerraron.

El gobierno intentó rescatar al sector mediante la Organización de Gestión de Créditos a la Propiedad, un mercado secundario de hipotecas y fondos inmobiliarios, pero el resultado del esfuerzo no es claro.

Hay quienes dicen que el mercado no se recuperará hasta que se den tres factores: estabilización de la moneda tailandesa, el baht, cambios en las leyes de propiedad para alentar la inversión extranjera y “precios adecuados”.

El colapso del sector inmobiliario trae consigo un problema práctico: qué hacer con los edificios sin terminar que abundan en la capital.

La oficina que emite los permisos de construcción pidió a los dueños de las obras detenidas que se ocupen de los aspectos de seguridad y protección del ambiente relacionados con sus edificios.

La falta de mantenimiento de los inmuebles desocupados lleva a un rápido deterioro, confiriéndole un aspecto de abandono a la ciudad, y reduciendo el valor inmobiliario.

Pero esta crisis tiene un lado bueno: detiene el frenesí por construir en la congestionada Bangkok, dando la oportunidad de planificar una capital más habitable.

El explosivo desarrollo económico de Tailandia en los últimos 10 años se basó en lo que los analistas comparan con la agricultura de rozas y quema.

Las construcciones crecieron en la ciudad de la misma manera que se arrancan y queman los bosques con el fin de hacer espacio para los cultivos. Cuando la tierra ya está agotada, la abandonan y se mudan a una nueva parte del bosque.

Muchos grandes proyectos edilicios superaron la infraestructura de la ciudad, en particular las calles, empeorando los ya graves congestionamientos de tráfico.

James Pitchon, director ejecutivo de la promotora Richard Ellis, dijo que aunque se crearon nuevas reglas de zonificación, Bangkok pone muy pocos límites a la construcción, por lo que casi todas las áreas de la ciudad presentan usos no siempre adecuados.

Expertos sugieren imponer una zonificación urbana más estricta, una separación más clara de áreas residenciales y comerciales, y la creación de “cinturones verdes” para crear una ciudad más “humana”, donde vivir sea una experiencia placentera. (FIN/IPS/tra-en/pd/di-mj/if en/98

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