Clarín – Caballito: la construcción llegó a un pico pero empieza a bajar

Clarín – Caballito: la construcción llegó a un pico pero empieza a bajar

Hay 61 obras en marcha, más que en los dos años anteriores. Pero para 2009 ya cayó fuerte la cantidad de metros autorizados para edificaciones nuevas. Los expertos admiten la desaceleración pero creen que el escenario aún es bueno.

Es el barrio donde comenzó la disputa entre vecinos y empresarios por el avance de las construcciones. Hoy esa actividad se encuentra en un pico, con más de 60 obras en marcha. Sin embargo, el parate económico también parece estar empezando a llegar allí: la cantidad de metros cuadrados para construir en Caballito cayó un 38,54% el año pasado.

Los datos surgen de un informe de la consultora Reporte Inmobiliario, basado en estadísticas oficiales. En 2008 la Ciudad autorizó la edificación de 179.734 m2, cuando en 2007 habían sido 292.434 m2. La caída se empezó a ver en la segunda mitad del año pasado: en el primer semestre autorizaron 105.438 m2, pero entre julio y diciembre fueron sólo 74.296 m2.

No es un problema puntual de Caballito, la baja en la construcción se verifica en toda la Ciudad. De hecho, en el último trimestre la compraventa de departamentos cayó un 11,8% respecto de igual período de 2008.

Claro que cualquiera que camine por Caballito y Parque de Parque Centenario sentirá que pasa todo lo contrario, porque verá muchas construcciones. Según Reporte Inmobiliario, en el sector comprendido por las vías del ferrocarril Sarmiento, la calle Rio de Janeiro y las avenidas Angel Gallardo y Honorio Pueyrredón hay 61 obras en marcha. En esa zona, en 2007 había 54, y en 2006 fueron 49. La explicación es que esas obras fueron autorizadas hace uno o dos años, en pleno boom.

El actual pico en la cantidad de obras tiró para arriba los precios. Hoy, en ese sector, el m2 se cotiza, en promedio, a 1.690 dólares, un 25,8% más que en 2007.

Pero la construcción, se sabe, es una actividad de largo plazo que necesita previsibilidad y confianza, dos elementos que hoy no figuran en el horizonte. “La inflación de los costos de materiales para construcción y la mano de obra, más la crisis internacional y los problemas con el campo afectaron a la actividad. Pero Caballito sigue siendo un barrio muy elegido por los inversores”, aseguró José Rozados, de Reporte Inmobiliario.

Otros actores del mercado que conocen bien el barrio también mantienen una visión optimista. “Es cierto que bajó la cantidad de m2 autorizados. Pero las expectativas de inflación también bajaron. Hoy la demanda puede estar un poco más apocada, la gente pelea más los precios. Pero creo que se llegó a un nuevo punto de equilibrio, y a pesar de que sigue haciendo falta que los créditos hipotecarios sean más accesibles, la gente siempre buscará comprar en Caballito”, opinó Juan Giúdici, de la inmobiliaria Tizado. En tanto, Diego Migliorisi, de la firma Migliorisi, agregó: “La tendencia en Caballito seguirá siendo buena. Tal vez no tanto como en 2006 ó 2007, pero a la larga los inversores seguirán confiando en el barrio”. Es que la ubicación y los buenos servicios y transportes son características que el barrio seguirá teniendo más allá de cualquier contexto económico negativo.

A los vecinos que se opusieron al avance desenfrenado de las torres, la nueva situación puede traerles algo de alivio. Mario Oybin, de SOS Caballito, comentó: “La construcción cae por la crisis pero también porque en el barrio ya no queda tanto lugar para construir. Explotó la burbuja y ya no tienen tanto margen para la especulación. No queremos que la actividad se pare y la gente se quede sin trabajo, pero sí exigimos que la construcción se haga ordenadamente y sin perjudicar a los vecinos”.

Los reclamos vecinales se debían a que decían que un crecimiento desmedido de la población en el barrio ponía en peligro los servicios de agua, cloacas y luz. Pero ahora que el boom parece estar pasando, los vecinos siguen luchando contra otros temas, como la construcción de un shopping en terrenos ferroviarios o la posibilidad de que las tierras que se ganen con el soterramiento del ferrocarril Sarmiento se usen para edificios.